miércoles, 31 de julio de 2013

Este jueves, un relato: "la luna"



Le prometió que cada vez que observara la luna llena se acordaría de él y de los bellos momentos vividos juntos.
            Todos los meses espera ansiosa la noche en la que el astro se muestra en su máximo esplendor para rememorar en su mente lugares, palabras, besos, abrazos, promesas hechas antaño que nunca llegaron a cumplir.
            En realidad, no necesita aguardar al plenilunio para pensar en él, pues lo hace con frecuencia, pero se trata de una imagen llena de magia que contemplaron juntos en más de una ocasión. La luna, redonda, iluminando sus manos entrelazadas y sus rostros sonrientes cómo si aún no hubiese anochecido, testigo mudo de sus encuentros estivales.
            Dicen que el amor de verano es intenso pero frugal. Ella, en cambio, no lo sintió así. Aún hoy, a pesar de la distancia, se imagina con él mientras sus ojos se clavan en el cielo en busca de algo que aún los mantiene unidos, esa luna que nunca la abandonará.

Más historias en torno a la luna en casa de María José Moreno

jueves, 18 de julio de 2013

Este jueves, un relato: "El pozo de los deseos"




 
Alfredo permanece sedado. La medicación ha causado tal efecto en su debilitado cuerpo, que continúa dormido ajeno a lo que sucede a su alrededor. Junto a él, sus cuatro hijos y un médico que ha optado por ayudarles en una arriesgada misión: hacer realidad el último deseo de su anciano padre. No todos están de acuerdo, pero la decisión ya está tomada y ahora esperan ansiosos que abra los ojos y descubras lo que han sido capaces de hacer por él.

            Un poco aturdido aún, comienza a sentir una ligera brisa en la cara y ese olor inconfundible que lo trasporta a la niñez. Cree que es un sueño, no quiere despertar. Coge aire y comprueba que se trata de ese aroma añorado, un olor que para él es el mejor de los perfumes.

            De repente lo invade una tranquilidad inusitada, algo que no le ocurría desde hacía años, justo cuando le diagnosticaron aquella terrible enfermedad. No aprecia el dolor, no nota sufrimiento alguno, si lo que está viviendo es real, ya puede morir tranquilo.

            Poco a poco reacciona, abre los ojos y mira al cielo, un cielo azul, adornado por nubes blancas y pequeñas gaviotas que vuelan de un lado para otro. Después, mira al frente para contemplar el mar al que tanto ansiaba volver. Por último, a su derecha y a su izquierda, encuentra las miradas de sus hijos. Ojos que brillan conteniendo las lágrimas con un sentimiento agridulce: la satisfacción del deseo concedido y la tristeza de la despedida.

            Alfredo suspira, pronuncia un sincero “gracias” y sus párpados se vuelven a cerrar para no volver a abrirse nunca más.

Conoce más deseos en el blog de San

miércoles, 17 de julio de 2013

En la Toscana




En La Toscana, allí fue dónde sucedió todo. Aún no me explico cómo llegué a aquel lugar ni cuales fueron los hechos que se encadenaron hasta llevarme, por fin, a alcanzar mi objetivo. El caso es que me encontraba en Italia, solo, sin conocer a nadie, sin saber el idioma y sin a penas dinero, buscando a la persona que daría respuesta a muchas de mis preguntas. Había pasado más de diez años engañado y otros tantos fingiendo no saber nada del secreto que mi familia intentaba ocultarme. Era el momento de desmontar las mentiras que rodeaban mi existencia.
            Solo tenía un par de datos de la persona que andaba buscando, una mujer alta, rubia, que esa tarde llevaría un vestido verde y una flor en el pelo. Mis nervios iban en aumento. Nuestra cita era a las diez y el minutero de mi reloj se acercaba sigilosamente al número cuatro. “¿Y si no viene? ¿Y si se lo ha pensado mejor y prefiere no ayudarme? ¿Y si le ha pasado algo? ¿Y si? ¿Y si?...”. Todo eran dudas hasta que, de repente, una bella mujer se acercó al banco en el que estaba sentado, puso su mano en mi hombro y, mirándome fijamente a los ojos me dijo: “¡Hijo mío, cuánto tiempo llevaba  esperando este momento!”. Nos abrazamos y supe que el viaje había merecido la pena.


martes, 16 de julio de 2013

Premio Dardos


Hoy me apetece compartir con vosotros este premio que Luis Bernardo, del blog Letras desde Uruguay, ha decidido otorgarme. Todo un detalle por su parte que desde aquí le agradezco públicamente, ya que, según tengo entendido, se trata de un galardón que se concede a blogs que destacan por su originalidad, contenidos y valores.

              Una vez recibido el premio, y con el fin de que éste continúe su camino, hay que seguir una serie de pasos. Primero hay que publicarlo con la imagen adjunta e indicando el enlace del blog que te lo ha dado, cosa que acabo de hacer. Después, hay que pasar el testigo a otros blogs que consideres de interés. Se supone que son 15, pero yo voy a hacer como Luis, dárselo a 5 que aquí os dejo:



jueves, 11 de julio de 2013

Este jueves, un relato: Historias detrás de las pinceladas



Se asoma al balcón y lo despide con la mirada.
Una mirada cómplice y sincera propia de la inocencia de la edad.
Ojos que brillan delatando la vivencia del primer amor.

Ensimismada, no se percata de la presencia de su madre.
La mirada de ésta, marcada por la experiencia de los años,
descubre enseguida lo que sucede.

Ahora entiende esa alegría desbordante,
la felicidad que derrochan sus mejillas,
la eterna sonrisa en el rostro.

Mientras, en el balcón de enfrente,
una mirada indiscreta capta este instante.
Una historia y tres maneras de ver y entender la vida.

Más historias basadas en obras de arte en el blog de Neogéminis